Homosexualidad
  En 1895 Oscar Wilde  1  es condenado a dos años de trabajos forzados por actos homosexuales. Hirschfeld arguye constantemente este caso como un ejemplo escandoloso contra las leyes penales sexuales existentes y lo menciona como un motivo para ocuparse de la homosexualidad. Desde hace ya casi 40 años Hirschfeld se implica valerosamente en la descriminalización y el reconocimiento social de los homosexuales. Para él hay sólo un argumento acertado contra la persecución penal de los hombres homosexuales: los actos sexuales con el propio sexo no son consecuencia de un "modo de vida depravado" o de una "seducción", sino los efectos de una "constitución sexual exenta de culpabilidad, incluso no deseada en la mayor parte de los casos"(Terapia adaptativa)

Hirschfeld dedica su vida entera a la forja de las pruebas científicas de su argumentación. Para ello adopta la tesis de Karl-Heinrich Ullrichs (1825-1895) que habla del "uranista" [Urning] como "tercer sexo" o "estadio sexual intermedio", como una mezcla innata de los caracteres sexuales. Hirschfeld concibe el homosexual masculino como una "especie particular" de afeminado corporal y psíquico. El y sus colegas señalan como elementos: tierno de piel, sedoso de cabellos, ancho de pelvis, "femenino" en la escritura, flojo de musculatura, el andar a pasitos, etc.

«Los músculos del uranista son más flojos que los masculinos. En consecuencia existe en la mayor parte de los casos una tendencia natural a los movimientos tranquilos (paseos a pie, deporte de excursión, de montaña, ciclismo, natación y baile). Mientras que la musculatura corporal deja mucho que desear la musculatura lingual denota acostumbradamente una fuerte actividad, por eso consideramos que los uranistas, como las mujeres, son a menudo sumamente locuaces.(...)

Se aprecian frecuentemente pasos pequeños, bailoteantes y pareciendo a menudo afectados, también un andar ligeramente elástico (...) El modo de caminar es tan característico que muy a menudo podía reconocer desde mi cuarto de trabajo a un uranista que viniera de la sala de espera por su andar (...)

También los movimientos de brazos del uranista son la mayor parte del tiempo típicos, especialmente lo son también aquellos movimientos de los que se deriva la escritura.
» (Hirschfeld, 1926).

Este "retrato" hirschfeldiano no queda incontestado. En los tempranos movimientos homosexuales alemanes no sólo no es una figura de identificación, sino una figura de repulsión. En particular Blüher (movimiento de los "Wandervögel"), Adolf Brand (grupo de la "Gemeinschaft der Eigenen") y Radszuweit (organización de la "Freundschaftsbund") polemizan contra los "maricones" de Hirschfeld.

En cuanto a los hombres de ciencia, unos defienden la teoría de la homosexualidad innata, otros la rechazan.

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